06 de Julio, 2025
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Un potencial acuerdo comercial con EE.UU. reconfiguraría el Mercosur

La búsqueda de un acuerdo comercial con Estados Unidos genera un cambio significativo en el Mercosur, que enfrenta la necesidad de redefinir su dinámica interna y su posición en un entorno geopolítico en evolución.

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En un contexto internacional marcado por la creciente fragmentación del comercio global y tensiones geopolíticas persistentes, Argentina se encuentra ante una disyuntiva estratégica en su política comercial. La necesidad de redefinir su inserción en el escenario internacional se vuelve imperiosa, especialmente cuando las cadenas globales de valor se reconfiguran y la competencia por atraer inversiones se intensifica. En este marco, el gobierno argentino ha adoptado una agenda aperturista, enfocada en diversificar mercados y posicionar al país como un proveedor confiable de alimentos, energía, minería y servicios, mientras explora nuevas oportunidades de integración con socios clave.

 
Una de las opciones más relevantes que ha cobrado impulso es la posibilidad de avanzar en un acuerdo comercial con Estados Unidos. Esta nación, como una de las principales economías del mundo, representa el origen del mayor volumen de inversión extranjera directa en Argentina. Sin embargo, este objetivo enfrenta un obstáculo estructural: la pertenencia de Argentina al Mercosur. Este bloque regional, concebido como una unión aduanera, impone un Arancel Externo Común (AEC) y exige la negociación conjunta de acuerdos comerciales con terceros países, conforme a lo estipulado en el Tratado de Asunción y otros protocolos.
 
A más de tres décadas de su creación, el Mercosur ha quedado rezagado en comparación con otras experiencias de integración, mostrando limitados avances hacia el mercado común originalmente propuesto. La unión aduanera actual es imperfecta, con numerosas excepciones arancelarias y una escasa coordinación macroeconómica entre sus miembros. Las divergencias de enfoque, como la presión de Uruguay por negociar acuerdos bilaterales y la postura más liberal del gobierno argentino, reflejan tensiones latentes sobre el futuro del bloque.
 
Para destrabar la posibilidad de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU., se están analizando diversas alternativas. Entre ellas se encuentra la idea de implementar esquemas de “múltiples velocidades”, que permitirían a Argentina avanzar en negociaciones bilaterales sin que los otros miembros del Mercosur deban participar simultáneamente. Otra opción es la flexibilización del AEC, que permitiría mayores márgenes para ofrecer condiciones diferenciadas a EE.UU. en sectores estratégicos. También se contempla la transformación del Mercosur en una zona de libre comercio, lo que implicaría abandonar el AEC y otorgar a los Estados miembros autonomía para negociar individualmente.
 
Desde la perspectiva estadounidense, aunque no hay señales inmediatas de interés en nuevos TLCs bilaterales, la administración de Donald Trump ha introducido políticas más proteccionistas que podrían ofrecer oportunidades a socios como Argentina. A pesar de que el comercio bilateral sigue siendo modesto, existen sectores con un alto potencial de desarrollo, como la agroindustria, la energía, la minería y los servicios basados en el conocimiento, que podrían traducirse en crecimiento, inversión y generación de empleo.
 
El principal desafío radica en equilibrar el respeto por las normas del Mercosur, que exigen negociaciones conjuntas, con la necesidad de una estrategia comercial más ágil y flexible. Avanzar hacia un entendimiento con EE.UU. requerirá no solo audacia diplomática, sino también una redefinición del marco institucional del Mercosur. En última instancia, se trata de construir un nuevo consenso regional que permita a Argentina lograr una inserción internacional moderna y estratégica, sin desvirtuar los principios fundacionales del bloque.
 
Redacción con información de LN Campo