16 de Abril, 2024
Radio Mercosur
América

El coronavirus deja a los niños de América latina sin escuela y con hambre

El Fondo de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura advierte sobre el impacto que tendrá la suspensión de clases en los programas de alimentación de niños y adolescentes a raíz del Covid-19.

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    Los programas de alimentación escolar benefician actualmente a 85 millones de niñas y niños en América Latina y el Caribe, y para cerca de 10 millones, constituyen una de las principales fuentes de alimentación segura que reciben al día.

 

    Para la FAO, la suspensión de los programas de alimentación supondrá un desafío para garantizar la seguridad alimentaria y el estado nutricional de muchos niños y niñas, especialmente de los grupos más vulnerables de la población.
 
    "Asegurar una alimentación suficiente, diversa y nutritiva contribuye a fortalecer el sistema inmunológico de las personas e incrementa sus capacidades de enfrentar enfermedades", observó el representante regional de la FAO, Julio Berdegué.
 
    La FAO llamó a los gobiernos a implementar medidas en favor de la población escolar cuyas familias tiene mayores dificultades para acceder a alimentos, para suplir el aporte nutricional que garantizaban los programas de alimentación escolar.
 
    Aclaró que cualquier acción debe considerar las medidas recomendadas por las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, para frenar la propagación del COVID19.
    Asimismo, recalco que cualquier iniciativa debe ser decidida por cada país.
 
    "Los sistemas de protección social, por ejemplo, pueden jugar un papel clave para garantizar la alimentación de la población más vulnerables en las próximas semanas", afirmó Berdegué.
    Sugirió distribuir alimentos a las familias con mayor vulnerabilidad, estableciendo horarios de entrega en las escuelas, o a través de unidades móviles.
 
    Incrementar la asignación económica de los programas de protección social (como los de transferencias de ingresos) en un monto correspondiente al costo de las raciones de alimentos entregadas por los programas de alimentación escolar.
 
    Entregar raciones de alimentos de emergencia a nivel de las comunidades y territorios más vulnerables en coordinación con organismos autorizados del Gobierno o la cooperación internacional.
 
    Exoneración de impuestos a alimentos de primera necesidad para familias con hijos en edad escolar, especialmente para trabajadores de los sectores económicos más afectados. Entrega a domicilio de alimentos frescos, sí es posible de la agricultura local.
 
    Redistribución de los alimentos de los programas de alimentación escolar mediante donaciones a entidades encargadas de dar asistencia alimentaria (como los bancos de alimentos, organizaciones sociales, no gubernamentales, iglesias) durante la fase de respuesta a la emergencia, bajo el seguimiento estricto de los protocolos de seguridad para evitar la propagación del virus.
 
    Uso de instrumentos digitales para la mejor comunicación sobre puntos de acceso a entregas de alimentos, horarios de distribución, y recomendaciones de buen uso de alimentos, y medidas para reducir el riesgo de propagación del COVID-19.
 
    Establecimiento de mesas de alimentación y nutrición, en la que participen los sectores encargados de los programas de alimentación, lo que puede permitir identificar otros grupos de alto riesgo de inseguridad alimentaria, como los adultos mayores que viven solos o están aislados por la situación actual, para tomar acciones oportunas para resguardar su nutrición. 
 
Fuente: ANSA