19 de Abril, 2024
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ARGENTINA - 7 de junio - Día del periodista

Nuestros saludos a todos los periodistas argentinos en actividad y nuestro recuerdo emocionado a aquellos que se nos adelantaron y dejaron su ejemplo.

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Cada 7 de junio se celebra en la Argentina el Día del Periodista, establecido por el Primer Congreso Nacional de Periodistas en Córdoba, en el año 1938. El origen de esta efeméride se remonta a la “Gazeta de Buenos Ayres”, el primer medio de prensa con ideas patrióticas de la Nación.
 
Mariano Moreno fundó el periódico el 7 de junio de 1810, que se convirtió en el primer periódico de la etapa independentista argentina, durante las décadas más importantes de la historia de la soberanía nacional.
 
La creación de la Gazeta de Buenos Ayres fue una iniciativa de la Primera Junta, que decretó el lanzamiento del diario por la necesidad de anunciar los actos oficiales al público, aunque también se incluían noticias del exterior.
 
Mariano Moreno fue uno de los principales redactores de las tiradas, junto con Juan José Castelli y Manuel Belgrano.
 
En Argentina conmemoramos el Día del Periodista desde 1938 (Siglo pasado), año en el que se desarrolló el Primer Congreso de Periodistas y se sentaron los primeros escritos del Estatuto Profesional (ley 12-908), que sería sancionada en 1944 por el Congreso Nacional. Aquella primera congregación de colegas, llevado a cabo en Córdoba, estableció que todos los 7 de junio se celebre el Día del Periodista, en homenaje al primer diario que funcionó en el país desde la etapa independentista.
 
El primer diario argentino
 
Fundada el 7 de junio de 1810, fecha en que se imprimió el primer ejemplar, la Gazeta de Buenos Ayres nació para ser un órgano de difusión de las ideas de la Primera Junta de Gobierno. Fue un periódico impreso en Buenos Aires desde ese día hasta 1821, y escribieron personalidades destacadas como Manuel Belgrano y Juan José Castelli.
En las primeras ediciones, Mariano Moreno, creador de la gaceta (una publicación periódica con noticias oficiales, políticas y culturales), se preguntaba en sus editoriales:
“¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península? Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal”.
 
El periodista ruso Alexei Navalni, perseguido y detenido por tiempo indeterminado por el presidente ruso Putin, con acusaciones que no son
sostenidas con fundamentos sustentables. 
 
 
El día que se “legisló” la Gazeta
 
Transcurridos siete días de aquel memorable 25 de Mayo de 1810, el primero de junio, la Junta dictó el decreto que disponía: “salga a la luz un nuevo periódico semanal con el título de Gazeta de Buenos Aires”. Así se hizo y el 7 de junio ya estaba en la calle.
 
“Rara felicidad la de los tiempos en que es lícito sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”. El diario comenzaba con palabras de Cornelio Tácito, uno de los grandes historiadores del Imperio Romano.
 
Días después de la fundación, el 21 de junio, Mariano Moreno publicó un artículo “Sobre la libertad de escribir”. “Si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia; y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos, y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.

Gazeta y Biblioteca
 
En ese largo 1810, el periodista anunció el 13 de septiembre la creación de un nuevo órgano destinado a la difusión y democratización de las ideas, los pensamientos y el conocimiento: este fue la Biblioteca Nacional.
 
“Ha resuelto la Junta formar una biblioteca pública, en que se facilite a los amantes de las letras un recurso seguro para aumentar sus conocimientos...”. “Por fortuna tenemos libros bastantes para dar principio a una obra que crecerá en proporción del sucesivo engrandecimiento de este pueblo”.
 
7 frases de Mariano Moreno
 
1. “Desengañémonos al fin que los pueblos yacerán en el embrutecimiento más vergonzoso, si no se da una absoluta franquicia y libertad para hablar en todo asunto que no se oponga en modo alguno a las verdades santas de nuestra augusta religión, y a las determinaciones del gobierno, siempre dignas de nuestro mayor respeto. Los pueblos correrán de error en error, y de preocupación en preocupación, y harán la desdicha de su existencia presente y sucesiva. No se adelantarán las artes, ni los conocimientos útiles, porque no teniendo libertad el pensamiento, se seguirán respetando los absurdos que han consagrado nuestros padres, y han autorizado el tiempo y la costumbre”.
 
2. “La verdad, como la virtud tienen en sí mismas su más incontestable apología; a fuerza de discutirlas y ventilarlas aparecen en todo su esplendor y brillo: si se oponen restricciones al discurso, vegetará el espíritu como la materia y el error, la mentira, la preocupación, el fanatismo y el embrutecimiento, harán la divisa de los pueblos y causarán para siempre su abatimiento, su ruina y su miseria”.
 
3. “¿Por qué se han de ocultar a las Provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifiesten el sucesivo estado de la Península?... Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gazeta de Buenos Aires”.
(Mariano Moreno, Gazeta de Buenos Ayres, 07 de Junio de 1810).
 
4. “Quiero más una libertad peligrosa que una servidumbre tranquila”.
 
5. “Felices tiempos aquellos en que se puede sentir lo que se quiere y decir lo que se siente”.

6. “Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale, debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía”.
 
7. “Un habitante de Buenos Aires ni ebrio ni dormido debe tener expresiones contra la libertad de su país”.
 
 
La prensa de Argentina tiene sus orígenes en 1801 con la aparición del Telégrafo Mercantil y continua hasta la actualidad con una gran variedad de diarios, periódicos y revistas. Circulan en la Argentina más de 200 diarios,1? de los cuales los más vendidos son publicados en Buenos Aires: Clarín (el de mayor circulación),2?La Nación, Diario Popular y Página/12, entre otros. Entre los más vendidos del interior se encuentran: La Gaceta (Tucumán), Los Andes (Mendoza) y La Voz del Interior (Córdoba).3?
 
Historia
 
El primer periódico del país fue el Telégrafo Mercantil, creado en 1801 a instancias de Manuel Belgrano y que dejaría de publicarse al año siguiente. El siguiente intento sería la Gazeta de Buenos Ayres (1810-1821), un periódico, redactado por Mariano Moreno, que buscaba publicitar los actos de gobierno de la Primera Junta.
 
La Gazeta era una forma de comunicación directa con un pueblo que apenas sabía leer. Poco más de 200 ejemplares era la tirada de la publicación, pero cada lector volvía a leerla en voz alta ante un grupo de vecinos y así se multiplicaban aquellas hojas de doctrina democrática.
 
Poco tiempo después, Belgrano desarrollaba esos mismos conceptos en el periódico el Correo de Comercio. Decía "que era tan injusto oprimir la libertad de pensar y hablar como lo sería el tener atadas las lenguas, las manos o los pies a los ciudadanos". Analizaba los benéficos efectos de la instrucción pública, el mejor gobierno y su libertad civil y respecto de esta última decía: "que ningún tirano puede haber donde ella esté establecida y que ningún tirano ha dejado de quitarla con todo cuidado a sus súbditos, porque son incompatibles entre sí”. Belgrano proseguía la prédica que había iniciado antes de Mayo de 1810 desde su cargo de secretario del Consulado de Buenos Aires.
 
Ejemplar de la Gazeta en la que se declara a los oficiales indios igual que a los españoles y criollos.  Moreno ordenó imprimir el Contrato Social de J. J. Rousseau porque partía del principio de que la Junta se había establecido por una "feliz revolución de ideas" y que era necesario "ilustrar a los pueblos" sobre los principios revolucionarios, "pues de otro modo será su suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía". El mismo Moreno realizó la traducción de esta obra y la prologó. Un mes después de su viaje hacia Inglaterra, el Cabildo resolvió que la lectura del Contrato Social "no era de utilidad a la juventud, antes bien pudiera ser perjudicial". El Cabildo que había conspirado contra la revolución de Mayo hacía sentir su existencia y el poder que aún tenía.
 
Mariano Moreno fundó la Biblioteca Pública de Buenos Aires, que se constituyó con 4000 volúmenes donados por el vecindario. Más tarde se adquirieron colecciones de mapas geográficos y topográficos, un archivo de documentos, un museo de historia natural con instrumentos para gabinete. Moreno llamó a la Biblioteca: "La casa de los libros”. En el Plan de Operaciones en el acápite que tituló "Educación", se incluía la fundación de muchas bibliotecas publicas a las que consideraba "verdadera escuela de conocimientos".
 
La Primera Junta se ocupó de la educación del pueblo. Moreno informó en la Gazeta su preocupación por crear más establecimientos de enseñanza para la juventud. Anunciaba que pronto llamaría "a los hombres sabios que reglando un nuevo establecimiento de estudio adecuado a nuestras circunstancias, formen el plantel que produzca algún día hombres que sean el honor y la gloria de la Patria”. Entre la Biblioteca y la escuela andaba Moreno vigilando la acción de los enemigos de la revolución, internos y externos -el bloqueo de Buenos Aires, la amenaza de Montevideo, las proclamas del Virrey del Perú, etc.-.
 
Belgrano desde el Correo de Comercio iba también a planificar reformas educacionales. Encargaría a los regidores del Cabildo visitar las escuelas, proponiendo las reformas convenientes, adaptadas a las circunstancias. Se autorizó la publicación del libro Tratado de obligaciones del hombre que se refería a las obligaciones que los ciudadanos tenían para con el gobierno. El Cabildo debía distribuir este libro en forma gratuita a los niños pobres y obligar a los hijos de padres pudientes a que lo compraran en la imprenta.
 
La vacuna antivariólica ayudó a evitar las epidemias de viruela.  Se autorizó el mejoramiento de los locales donde funcionaban las escuelas; la fundación de nuevos establecimientos educacionales; se llevó el sueldo de los maestros de 400 a 600 pesos anuales. Se creó la Escuela de Matemáticas, en cuya inauguración habló Belgrano, vocal protector de ese establecimiento. Según Moreno, debían concurrir a ella todos los oficiales y cadetes de la guarnición que debían entender la inauguración de la escuela como el principio de la ilustración de los militares y de la regeneración de una brillante carrera.
 
El interés del Estado por la salud de la población se expresó en el decreto de obligatoriedad de aplicación de la vacuna antivariólicacontra la viruela; enfermedad que se transformaba de tanto en tanto en epidemia. Además, la Junta fue tomando progresiva injerencia en la Casa Cuna, disminuyendo las atribuciones de la Hermandad de la Caridad que tenía a su cargo esta institución.
 
Presentamos escritos de La Gazeta de Buenos Aires en los que se anuncia la fundación de este órgano de difusión de ideas y la creación de laTexto Biblioteca de Buenos Aires.
 
 
TEXTO DE LA PRIMERA JUNTA
 
Fundación de la Gazeta de Buenos Aires
 
Desde el momento en que un juramento solemne hizo responsable a esta Junta del delicado cargo que el pueblo se ha dignado confi arle, ha sido incesante el desvelo de los individuos que la forman, para llenar las esperanzas de sus conciudadanos. Abandonados casi enteramente aquellos negocios a que tenían vinculada su subsistencia, contraídos al servicio del público, con una asiduidad de que se han visto aquí pocos ejemplos, diligentes en proporcionarse todos los medios que puedan asegurarles el acierto; ve la Junta con satisfacción, que la tranquilidad de todos los habitantes, acredita la confi anza, con que reposan en el celo y vigilancia del nuevo gobierno.
 
Podría la Junta reposar igualmente en la gratitud con que públicamente se reciben sus tareas; pero la calidad provisoria de su instalación redobla la necesidad de asegurar, por todos los caminos, el concepto debido a la pureza de sus intenciones. La destreza con que un mal contento disfrazase las providencias más juiciosas, las equivocaciones que siembra muchas veces el error, y de que se aprovecha siempre la malicia, el poco conocimiento de las tareas que se consagran a la pública felicidad, han sido en todos los tiempos el instrumento que limando sordamente los estrechos vínculos que ligan el pueblo con sus representantes, produce al fi n una disolución, que envuelve toda la comunidad en males irreparables.  
 
Una exacta noticia de los procedimientos de la Junta, una continuada comunicación pública de las medidas que acuerde para consolidar la grande obra que se ha principiado, una sincera y franca manifestación de los estorbos que se oponen al fi n de su instalación y de los medios que adopta para allanarlos,
 
son un deber en el gobierno provisorio que ejerce, y un principio para que el pueblo no resfríe en su confianza, o deba culparse a sí mismo si no auxilia con su energía y avisos a quienes nada pretenden, sino sostener con dignidad los derechos del Rey y de la Patria, que se le han confi ado. El pueblo tiene derecho a saber la conducta de sus representantes, y el honor de éstos se interesa en que todos conozcan la execración con que miran aquellas reservas y misterios inventados por el poder para cubrir los delitos.
 
¿Por qué se han de ocultar a las provincias sus medidas relativas a solidar su unión, bajo el nuevo sistema? ¿Por qué se les ha de tener ignorantes de las noticias prósperas o adversas que manifi esten el sucesivo estado de la Península? ¿Por qué se ha de envolver la administración de la Junta, en un caos impenetrable a todos los que no tuvieron parte en su formación? Cuando el Congreso general necesite un conocimiento del plan de gobierno que la Junta Provisional ha guardado, no huirán sus vocales de darlo, y su franqueza desterrará toda sospecha de que se hacen necesarias o temen ser conocidos, pero es más digno de su representación, fi ar a la opinión pública la defensa de sus procedimientos y que cuando todos van a tener parte en la decisión de su suerte, nadie ignore aquellos principios políticos que deben reglar su resolución.
 
Para el logro de tan justos deseos ha resuelto la Junta que salga a luz un nuevo periódico semanal, con el título de Gaceta de Buenos Aires, el cual sin tocar los objetos que tan dignamente se desempeñan en el Semanario del Comercio, anuncie al público las noticias exteriores e interiores que deban mirarse con algún interés.
 
En él se manifestarán igualmente las discusiones ofi ciales de la Junta con los demás jefes y gobiernos, el estado de la Real Hacienda y medidas económicas, para su mejora; y una franca comunicación de los motivos que infl uyan en sus principales providencias, abrirá la puerta a las advertencias que desee dar cualquiera que pueda contribuir con sus luces a la seguridad del acierto. 
 
La utilidad de los discursos de hombres ilustrados y que sostengan y dirijan el patriotismo y fi delidad, que tan heroicamente se ha desplegado, nunca es mayor que cuando el choque de las opiniones pudiera envolver en tinieblas aquellos principios, que los grandes talentos pueden únicamente reducir a su primitiva claridad; y la Junta, a más de incitar ahora generalmente a los sabios de estas provincias, para que escriban sobre tan importantes objetos, los estimulará por otros medios que les descubran la confianza que pone en sus luces y en su celo.
 
 
Todos los escritos relativos a este recomendable fi n se dirigirán al señor vocal doctor don Manuel Alberti, quien cuidará privativamente de este ramo, agregándose por la secretaría las noticias ofi ciales, cuya publicación interese. El pueblo recibirá esta medida como una demostración sincera del aprecio que hace la Junta de su confi anza; y de que no anima otro espíritu sus providencias que el deseo de asegurar la felicidad de estas provincias (Orden de la Junta).
 
Fuente: Gaceta de Buenos Aires, del 7 de junio de 1810.
 
*Aclaración: Se respetó la ortografía de la fuente documental. 
 
Después de la Gaceta de Buenos Ayes
 
Poco tiempo después, Belgrano desarrollaba esos mismos conceptos en el periódico el Correo de Comercio. Decía "que era tan injusto oprimir la libertad de pensar y hablar como lo sería el tener atadas las lenguas, las manos o los pies a los ciudadanos". Analizaba los benéficos efectos de la instrucción pública, el mejor gobierno y su libertad civil y respecto de esta última decía: "que ningún tirano puede haber donde ella esté establecida y que ningún tirano ha dejado de quitarla con todo cuidado a sus súbditos, porque son incompatibles entre sí”. Belgrano proseguía la prédica que había iniciado antes de Mayo de 1810 desde su cargo de secretario del Consulado de Buenos Aires.
 
Ejemplar de la Gazeta en la que se declara a los oficiales indios igual que a los españoles y criollos.  Moreno ordenó imprimir el Contrato Social de J. J. Rousseau porque partía del principio de que la Junta se había establecido por una "feliz revolución de ideas" y que era necesario "ilustrar a los pueblos" sobre los principios revolucionarios, "pues de otro modo será su suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía". El mismo Moreno realizó la traducción de esta obra y la prologó. Un mes después de su viaje hacia Inglaterra, el Cabildo resolvió que la lectura del Contrato Social "no era de utilidad a la juventud, antes bien pudiera ser perjudicial". El Cabildo que había conspirado contra la revolución de Mayo hacía sentir su existencia y el poder que aún tenía.
 
Mariano Moreno fundó la Biblioteca Pública de Buenos Aires, que se constituyó con 4000 volúmenes donados por el vecindario. Más tarde se adquirieron colecciones de mapas geográficos y topográficos, un archivo de documentos, un museo de historia natural con instrumentos para gabinete. Moreno llamó a la Biblioteca: "La casa de los libros”. En el Plan de Operaciones en el acápite que tituló "Educación", se incluía la fundación de muchas bibliotecas publicas a las que consideraba "verdadera escuela de conocimientos".
 
La Primera Junta se ocupó de la educación del pueblo. Moreno informó en la Gazeta su preocupación por crear más establecimientos de enseñanza para la juventud. Anunciaba que pronto llamaría "a los hombres sabios que reglando un nuevo establecimiento de estudio adecuado a nuestras circunstancias, formen el plantel que produzca algún día hombres que sean el honor y la gloria de la Patria”. Entre la Biblioteca y la escuela andaba Moreno vigilando la acción de los enemigos de la revolución, internos y externos -el bloqueo de Buenos Aires, la amenaza de Montevideo, las proclamas del Virrey del Perú, etc.-.
 
Belgrano desde el Correo de Comercio iba también a planificar reformas educacionales. Encargaría a los regidores del Cabildo visitar las escuelas, proponiendo las reformas convenientes, adaptadas a las circunstancias. Se autorizó la publicación del libro Tratado de obligaciones del hombre que se refería a las obligaciones que los ciudadanos tenían para con el gobierno. El Cabildo debía distribuir este libro en forma gratuita a los niños pobres y obligar a los hijos de padres pudientes a que lo compraran en la imprenta.
 
La vacuna antivariólica ayudó a evitar las epidemias de viruela.  Se autorizó el mejoramiento de los locales donde funcionaban las escuelas; la fundación de nuevos establecimientos educacionales; se llevó el sueldo de los maestros de 400 a 600 pesos anuales. Se creó la Escuela de Matemáticas, en cuya inauguración habló Belgrano, vocal protector de ese establecimiento. Según Moreno, debían concurrir a ella todos los oficiales y cadetes de la guarnición que debían entender la inauguración de la escuela como el principio de la ilustración de los militares y de la regeneración de una brillante carrera.
 
El interés del Estado por la salud de la población se expresó en el decreto de obligatoriedad de aplicación de la vacuna antivariólicacontra la viruela; enfermedad que se transformaba de tanto en tanto en epidemia. Además, la Junta fue tomando progresiva injerencia en la Casa Cuna, disminuyendo las atribuciones de la Hermandad de la Caridad que tenía a su cargo esta institución.
 
 
 
Presentamos escritos de La Gazeta de Buenos Aires en los que se anuncia la fundación de este órgano de difusión de ideas y la creación de la Biblioteca de Buenos Aires.
 
El primer periódico del país fue el Telégrafo Mercantil, creado en 1801 a instancias de Manuel Belgrano y que dejaría de publicarse al año siguiente. El siguiente intento sería la Gazeta de Buenos Ayres (1810-1821), un periódico, redactado por Mariano Moreno, que buscaba publicitar los actos de gobierno de la Primera Junta.
 
 
 
Fuentes: Biblioteca Nacional
Textos históricos de Cátedras (Univesidades )
Diarios divesos que se referían a los temas de referencia.